jueves, 5 de mayo de 2011

Tato Bores, un escrito para recordarlo. EL OTRO

A todos aquellos que me comentaron que no lo conocían, les dejo este monólogo. Seguramente los enlaces de you tube les dejarán verlo y escucharlo. Humildemente les transcribo este. ¡Ahh! Puede haber algunos cambios de palabras , no son de fondo, por ejemplo, donde dice "DGI",  debería decir hoy "AFIP". Disfrútenlo.
La culpa de todo la tiene el ministro de Economía dijo uno.
¡¡¡No, señor!!!, dijo el ministro de Economía mientras buscaba un mango debajo del zócalo. La culpa de todo la tienen los evasores.
¡¡¡Mentiras!!! dijeron los evasores mientras cobraban el 50 por ciento en negro y el otro 50 por ciento también en negro. ¡¡La culpa de todo la tienen los que nos quieren matar con tanto impuesto!!
¡¡¡Falso!!! dijeron los de la DGI mientras preparaban un nuevo impuesto al estornudo. La culpa de todo la tiene la patria contratista; ellos se llevaron toda la guita.
¡¡¡Pero, por favor...!!! dijo un empresario de la patria contratista mientras cobraba peaje a la entrada de las escuelas publicas. La culpa de todo la tienen los de la patria financiera.
¡¡¡Calumnias!!! dijo un banquero mientras depositaba a su madre a siete días. La culpa de todo la tienen los corruptos que no tienen moral.
¡¡¡Se equivoca!!! dijo un corrupto mientras vendía a cien dólares un libro que se llamaba "Haga su propio curro" pero que, en realidad sólo contenía páginas en blanco. La culpa de todo la tiene la burocracia que hace aumentar el gasto público. ¡¡¡No es cierto!!! dijo un empleado publico mientas con una mano se rascaba el higo y con la otra el trasero. La culpa de todo la tienen los políticos que prometen una cosa para nosotros y hacen otra para ellos.
¡¡¡Eso es pura maldad!!! dijo un diputado mientras preguntaba dónde quedaba el edificio del Congreso. La culpa de todo la tienen los dueños de la tierra que no nos dejaron nada.
¡¡¡Patrañas!!! dijo un terrateniente mientras contaba hectáreas, vacas, ovejas, peones y recordaba antiguos viajes a Francia y añoraba el placer de tirar manteca al techo. La culpa de todo la tienen los comunistas.
¡¡¡Perversos!!! dijeron los del politburó local mientras bajaban línea para elaborar el duelo. La culpa de todo la tiene la guerrilla trotskista.
¡¡¡Verso!!! dijo un guerrillero mientras armaba un coche-bomba para salvar a la humanidad. La culpa de todo la tienen los fascistas.
¡¡¡Malvados!!! dijo un fascista mientras quemaba una parva de libros juntamente con el librero. La culpa de todo la tienen los judíos.
¡¡¡Racistas!!! dijo un sionista mientras miraba torcido a un coreano del Once. La culpa de todo la tienen los curas que siempre se meten en lo que no les importa.
¡¡¡Blasfemia!!! dijo un obispo mientras fabricaba ojos de agujas como para que pasaran diez camellos al trote. La culpa de todo la tienen los científicos que creen en el Big Bang y no en Dios.
¡¡¡Error!!! dijo un científico mientras diseñaba una bomba capaz de matar más gente en menos tiempo con menos ruido y mucho más barata. La culpa de todo la tienen los padres que no educan a sus hijos.
¡¡¡Infamia!!! dijo un padre mientras trataba de recordar cuantos hijos tenia exactamente. La culpa de todo la tienen los ladrones que no nos dejan vivir.
¡¡¡Me ofenden!!! dijo un ladrón mientras arrebataba una cadenita a una jubilada y, de paso, la tiraba debajo del tren. La culpa de todo la tiene los policías que tienen el gatillo fácil y la pizza abundante
¡¡¡Minga!!! dijo un policía mientras primero tiraba y después preguntaba. ¡¡¡La culpa de todo la tiene la Justicia que permite que los delincuentes entren por una puerta y salgan por la otra!!!
¡¡¡Desacato!!! dijo un juez mientras cosía pacientemente un expediente de mas de quinientas fojas que luego, a la noche, volvería a descoser. La culpa de todo la tienen los militares que siempre se creyeron los dueños de la verdad y los salvadores de la patria.
¡¡¡Negativo!!! dijo un coronel mientras ordenaba a su asistente que fuera preparando buen tiempo para el fin de semana. La culpa de todo la tienen los jóvenes de pelo largo.
¡¡¡Ustedes están del coco!!! dijo un joven mientras pedía explicaciones de por qué para ingresar a la facultad había que saber leer y escribir. La culpa de todo la tienen los ancianos por dejarnos el país que nos dejaron.
¡¡¡Embusteros!!! dijo un señor mayor mientras pregonaba que para volver a las viejas buenas épocas nada mejor que una buena guerra mundial. La culpa de todo la tienen los periodistas porque junto con la noticia aprovechan para contrabandear ideas y negocios propios.
¡¡¡Censura!!! dijo un periodista mientras, con los dedos cruzados, rezaba por la violación y el asesinato nuestro de cada día. La culpa de todo la tiene el imperialismo.
¡¡¡Thats not true!!! (¡Eso no es cierto!) dijo un imperialista mientras cargaba en su barco un trozo de territorio con su subsuelo, su espacio aéreo y su gente incluida. The ones to blame are the sepoy, that allowed us to take even the cat (la culpa la tienen los cipayos que nos permitieron llevarnos hasta el gato).
¡¡¡Infundios!!! dijo un cipayo mientras marcaba en un plano las provincias más rentables. La culpa de todo la tiene Magoya.
¡¡¡Ridículo!!! dijo Magoya acostumbrado a estas situaciones. La culpa de todo la tiene Montoto.
¡¡¡Cobardes!!! dijo Montoto que de esto también sabia un montón. La culpa de todo la tiene la gente como vos por escribir boludeces!!!
¡¡¡Paren la mano!!! dije yo mientras me protegía detrás de un buzón. Yo sé quién tiene la culpa de todo. La culpa de todo la tiene El Otro.
¡¡¡El Otro siempre tiene la culpa!!!
¡Eso, eso! exclamaron todos a coro. El señor tiene razón: ¡¡¡la culpa de todo la tiene El Otro !!!
Dicho lo cual, después de gritar un rato, romper algunas vidrieras y/o pagar alguna solicitada, y/o concurrir a algún programa de opinión en televisión (de acuerdo con cada estilo), nos marchamos a nuestras casas por ser ya la hora de cenar y porque el culpable ya había sido descubierto. Mientras nos íbamos no podíamos dejar de pensar: ¡Qué flor de guacho que resultó ser El Otro..!

martes, 3 de mayo de 2011

Vargas Llosa y el traje del emperador Leer al final

Escrito por Armando de Magdalena   
martes, 03 de mayo de 2011



Vargas Llosa, la Argentina y el mito de



Por Armando de Magdalena







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La remanida y siempre polémica relación entre política y literatura ha sido nuevamente puesta en el tapete, por estos días, a raíz de la inminente visita del Premio Nobel de Literatura a la Feria del Libro de Buenos Aires, Mario Vargas Llosa, gracias a la generosidad del actual director de la Biblioteca Nacional de Argentina, Horacio González. Vargas Llosa ha tenido la oportunidad (anhelada siempre por él) de mostrarse ante el mundo como un paladín de la libertad y la civilización, acechado siempre y maltratado, por las deleznables elites políticas y gubernamentales, de las no menos deleznables republiquetas americanas.


Esto ya trae un primer paralelismo que debemos aclarar: si bien Vargas Llosa al igual que Domingo Faustino Sarmiento jamás comprendió ni quiso, al vasto continente donde nació, no es este Vargas Llosa, ni el hombre, ni el escritor que fue Domingo Faustino Sarmiento, ya que el sanjaunino supo al menos empuñar la espada con igual pasión que su afilada pluma, lo cual ya lo pone en una categoría que traspasa la de mero provocador en la que hace rato se ha instalado Vargas Llosa.


Sarmiento, aquel de quien Unamunu dijo: "hasta maldiciendo a España es un gran escritor español", al menos nos dejó una dicotomía en la cual seguimos inmersos y de la cual emergemos recurrentemente cada vez que nuestros pueblos avanzan. Esta dicotomía es la de "civilización o barbarie" tan contestada siempre pero como en el caso de Vargas Llosa tan aprendida nunca. "No hay una real batalla entre la civilización y la barbarie, sino entre la falsa erudición y la naturaleza" dijo alguien de manera luminosa, y ese alguien se llamó José Martí.


Bien, puede ser que algún lector desprevenido no se haya enterado aún de qué estoy hablando y me alegraría si así fuera ya que eso significaría que los medios y Vargas Llosa no tuvieron tanto éxito como pensaban.


Hace apenas unos días el Director de la Biblioteca Nacional, el sociólogo y ensayista Horacio Gonazález, dirigió una carta a los organizadores de la Feria del Libro de Buenos Aires expresando su contrariedad ante el hecho de que se haya elegido a Mario Vargas Llosa para "inaugurar" un evento tan importante en la vida cultural de cualquier país.


Este hecho que debiera ser casi intrascendente fue prontamente tomado por la prensa local y extranjera azuzando el fantasma de la censura, la falta de libertad de expresión, la intolerancia, la falta de democracia, el autoritarismo, etc. etc. etc. Ya hay aquí un problema serio... y es que nos sentimos tomados por verdaderos imbéciles ya que la sola existencia de los diarios y de los artículos y programas de TV y radio, denostando permanentemente al gobierno argentino, son la prueba incontestable de que todo lo contrario es cierto: en la República Argentina existe la más absoluta libertad de expresión de la que, repito, estos medios y estas críticas son la prueba más evidente. No obstante tuvo que salir la presidenta de la Nación Argentina a decir que no había ningún problema en que el señor Vargas Llosa venga a inaugurar la Feria del Libro.


Claro, usted seguirá sin entender de qué se trata todo este alboroto... pareciera al menos desmesurado ¿no? o en todo caso hay algo que yo no le estoy diciendo y que indudablemente explica la magnitud de este revuelo.


Mire, lo primero que se me ocurre es decirle que hace tan sólo unos meses se aprobó en el parlamento argentino la llamada Ley de Medios Audiovisuales de la democracia. Una ley que fue ponderada por la ONU que la puso como ejemplo de lo que debiera ser la legislación al respecto a nivel internacional. Esta ley (que se está implementando sin pausa pero con todo tipo de interposiciones legales por parte de los grupos mediáticos más concentrados) ha democratizado la comunicación en Argentina.


Estos medios que ahora tomando como excusa el tema de Vargas Llosa y agitan las banderas de la libertad y la democracia son los mismos medios que apoyaron una dictadura de las más cruentas del mundo que produjo alrededor de 30000 desapariciones forzosas precedidas de las más aberrantes torturas. La propia dueña de uno de esos grandes medios que hoy claman ante el avasallamiento de la libertad hecho carne en Vargas Llosa (Ernestina de Noble dueña del diario Clarín) está sospechada de haberse apropiado de dos niños (sus actuales hijos) que habrían nacido en cautiverio de padres más tarde asesinados (fíjense la paradoja).


No estoy haciendo la oda a Cristina Fernández de Kirchner, les estoy contando parte de la historia argentina y también lo que subyace tras esta polémica y que explica al tiempo lo intempestivo de la campaña mediática que se montó en torno a la opinión de un escritor acerca de la participación en una feria de otro escritor. No lo olviden nunca, Argentina es un país con muchos defectos, pero con la virtud de haber sido el único en el mundo en el que los responsables de un genocidio fueron juzgados, condenados y presos. Como se imaginarán eso deja a una parte no despreciable del poder económico y político argentino en la vereda de enfrente de los intereses de la nación, hablo obviamente de aquellos que fueron sustento político, económico y cultural, incluso la jerarquía de la iglesia, del genocidio. Todo eso se vio afectado desde la vuelta de la democracia (con idas y venidas obviamente) pero ha dado un nuevo giro después de la crisis terminal del año 2001 y del proceso que se abrió a partir de esa crisis y que llega hasta nuestros días.


La polémica de Vargas Llosa se da en medio y como expresión de este proceso. Un proceso de gran transformación de la sociedad y de la nación argentina, que por primera vez pone los intereses nacionales y los del pueblo argentino por delante de los de las corporaciones y grupos de poder. Los grupos monopólicos afectados por la Ley de Medios, que a su vez representan a las multinacionales y a la oligarquía agroexportadora (también afectada por este gobierno) han montado esta trampa (como una más de la que montan todos los días) para desprestigiar y poner en apuros, en un año electoral donde se juega la continuidad de este proceso, a la presidenta y al proceso que lidera.


¿Cuál es la prueba más evidente de que esto es así? muy simple: la Feria del Libro de Buenos Aires siempre es inaugurada por el presidente de la nación o por un funcionario del área de educación y cultura, claro, Vargas Llosa es Premio Nobel... perfecto, la desafortunada carta de Horacio González no cuestiona la participación de Vargas Llosa en la Feria, cuestiona que el escritor la inaugure.


¿Por qué lo cuestiona? Alguien dijo: ¿Y si la inaugurara Borges? Que también era un hombre polémico y hasta reaccionario para muchos ¿Qué hubiéramos dicho? ¿Debe necesariamente ser un par ideológico quién inaugure la feria? Ya hemos dicho que la feria históricamente la han inaugurado los gobernantes de turno, pero sin rehuir a esta polémica que es harto interesante, habría que decir al menos dos cosas en relación a esto: Primero Vargas Llosa no tiene nada que ver en lo concerniente a su estatura literaria con Jorge Luis Borges. Segundo, Jorge Luis Borges no era un político en los términos que lo es Vargas Llosa.


Borges era un anarquista de derecha, un aristócrata vanguardista para quien el escándalo era un accidente y no un fin como para el "hispano peruano" (así lo publicitan en España). Lo reaccionario en Borges es una especie de pánico al pueblo en tanto masa informe y desmesurada, incontrolable e impredecible. Vargas Llosa en contrapartida es miembro de la Fundación Internacional para la Libertad con sede en Washington, fundada de ex profeso para combatir los procesos populares en América latina, miembro del derechista Unión Progreso y Democracia de España y candidato a presidente del Perú en la elecciones de 1990 con un proyecto del más descarado corte neoliberal (y los americanos hemos aprendido bien lo que esa palabra significa). Amigo de Piñera, de Uribe, de Aznar, de la derecha más recalcitrante de América y del mundo. Es decir, el señor Mario Vargas Llosa es un provocador profesional, un verdadero intelectual orgánico (en el más estricto sentido gramsciano) de los grupos concentrados del capitalismo mundial.


Tan evidente es esto que estoy tentado a decir que es tan mal político como buen escritor, aunque en realidad ni eso puedo decir ya que no es inversamente proporcional, sino que más bien es un mediano escritor de ideales enanos. Sus mejores libros son aquellos de su pasado ahora vergonzante, pero aun así hasta su ultima novela "El sueño del Celta" es un alegato contra el imperialismo... es decir, tan patético es el señor Vargas Llosa que no hay un sólo punto de contacto entre sus ideas politicas y su literatura (más bien son irreconciliables).


Esto es Vargas Llosa (su catadura). Pero no se cuestiona a Vargas Llosa por ser de derecha, tampoco por pertenecer a tan oscuras organizaciones, ni siquiera por tener tan lamentables amistades, se le critica con todo derecho la inmensa falta de respeto con que se expresa, tratando de idiotas a los pueblos por haber elegido los líderes que eligieron. Mario Vargas Llosa viaja a los países (personalmente) a insultar a los gobernares, a insultar a los pueblos y bastardear los sueños, ahora hechos realidad, de naciones que han sufrido un horror y un escarnio inmensos ante la indiferencia, ante la inacción, ante la desidia de esas naciones que tanto él gusta ponderar. Por que es bueno que alguien lo diga: el llamado "estado de bienestar", el llamado "desarrollo de Europa" (no hablemos ya de los EE.UU capital imperial del universo) es y ha sido siempre un desarrollo y bienestar que sólo fue posible a costa de la opresión y el saqueo del mundo periférico. ¿Qué pasaría si Vargas Llosa fuera a Francia, a España, a los EE.UU., a Londres, a Berlín y se refiriese a esos pueblos y a sus gobernantes en los términos que lo hace habitualmente con los de signo progresista o revolucionario en América? Yo no tengo la menor duda que lo expulsarían o lo detendrían y hasta procesarían... pero claro, resulta que los antidemocráticos y autoritarios somos nosotros.


A esta altura habría que abandonar todo este estiercolero y reflotar el planteo inicial de estas líneas acerca de la relación entre arte y política. No, no tengo la más mínima duda que a Vargas Llosa le han dado el Premio Nobel de Literatura por la misma exacta razón por la cual se lo negaron, en otro contexto y de manera sistemática, a Jorge Luis Borges. Es decir, por reaccionario.


El papel de perseguido y de proscrito es el que mejor le queda y más le gusta a Vargas Llosa, pero no sólo es parte del mito que hizo de sí, sino también es parte nodal del papel que la reacción internacional le asigna en tanto intelectual orgánico del capitalismo más rapaz y descarado. De todos modos (sabiendo como sabemos todo eso), nosotros los argentinos, le debemos agradecer infinitamente, porque en medio de un proceso tan rico como el que se está dando en estos momentos en Argentina, la irresponsabilidad intrínseca de este parlanchín nos ha dado la posibilidad de enfrentar una vez más a esa "falsa erudición" de la que hablaba Martí.


Nosotros somos la naturaleza, y los pueblos (lamentamos decírselo, señor Vargas Llosa) no se equivocan, del mismo modo que la historia no se detiene: América con sus saldos y haberes, incluso con muchas cosas que yo también critico pero desde otro lado, avanza de manera dificultosa pero decidida hacia su madurez y hacia el uso pleno de sus prerrogativas. Sus insultos y la jugada política de los organizadores de la feria y la reacción en Argentina nos han hecho pensar (mala noticia) en la situación de las llamadas "industrias culturales", en el grado de concentración y extranjerización del sistema editorial en nuestro país y en el mundo al punto que es muy posible que una ley similar a la de medios (es decir, que garantice la pluralidad de opiniones) empiece a ser discutida en Argentina.


Así que Muchas gracias Vargas Llosa. Usted es un liberal muy extraño, tan extraño que recibió recientemente el título de Marqués de manos de un Rey prohijado por un fascista (miren que liberal). Su sentido de la libertad evidentemente es el del lobo que lucha por la libertad de las gallinas pero para comérselas... perfecto, ya esta todo claro... el único problema es que 8 de cada 10 hispanohablantes son, lamentablemente los tan detestados por usted: latinoamericanos (8 de cada 10)... es decir, la lengua es nuestra (no el Nobel) y nuestro es el futuro de la lengua y la connotación que mañana tendrán las palabras del idioma en el que usted trabajosamente escribe. No, usted desde ya que no es Borges, ni tampoco Sarmiento, ni Cortázar, ni Amado, ni Roa Bastos, ni Castañón, ni Fuentes, ni Rulfo, ni Onetti, ni Arlt, ni tantos otros... ninguno de esos que le nombré eran Premios Nobel de Literatura, pero todos mejores escritores que usted y lo que es más importante mejores personas que usted, honestos y coherentes que no necesitaron nunca renegar ni irrespetar cosas que ni conocen como en realidad a usted le sucede. ¡Bienvenido a la Argentina!, la historia de nuestro pueblo nos precede, por eso no está en nuestras preocupaciones de hoy ni de ayer, el tratar de agradar a gente como usted o su patrones. Pude venir tranquilo a nuestro pais, nosotros sí somos liberales porque nacimos liberales (y es bueno decirlo en tiempos de bicentenario) somos una República (no una monarquía como su España) y un país de inmigrantes por la sola sencilla razón (y este es el punto) de que mismísimo preámbulo de nuestra constitución reza que "cualquier persona del mundo por el sólo hecho de pisar nuestro suelo será libre". Mire que bonito: ¡ese es mi pueblo!... el suyo no se cuál es.

Y ahora un pequeño comentario que se borró en el inicial: Mario Vargas Llosa es uno de esos casos , como el de Asturias, que recibió un premio que debió recibir su alter ego, su primer yo, el escritor de los '60. Hermoso leer su bibliografía, su mirada sobre Latinoamérica, peculiar, discutible, pero innovadora.
Este Vargas Llosa es más de lo mismo y como no estamos en el clasicismo Griego, no vamos a hablar de su hijo. Sus escritos tienen la intolerancia de la mirada del soberbio, del que se acomodó por encima de lo popular.  Claro, decirlo queda mal , o bien, según el contexto.
Pero es una verdad a gritos, como el niño que en cuento tradicional del emperador ve lo que todos y grita: "El emperador está desnudo".
Desde mi ignorancia, estimado señor...
"VARGAS LLOSA ESTÁ DESNUDO"-
Y no se discuta más.